Talvez para algunos esto solamente sea una cursilería, pero dejando de lado el capitalismo y la fiebre de compras compulsivas, esta época también es para reflexionar (o debería de ser).
De hecho, no solamente para los que celebramos Navidad, si no porque también es el cierre de un año y creo que es muy bueno que todos nos demos estos días para pensar en lo que hicimos este año.
Imaginen que cada mexicano hiciera cuentas de lo que hizo los meses pasados (dejemos de lado el cómo se portó). Pero que todos hiciéramos una reflexión de lo que hicimos para hacer de este país un lugar mejor. No se trata de pensar en si encontré la solución para la desnutrición en México; o si hallamos la cura para la pobreza... Se trata de empezar con cosas pequeñas, por ejemplo: ¿cuántas señales de transito respete? O ¿a cuantos peatones deje pasar en vez de aventarles el coche? ¿Cuántas veces cedí mi asiento en el metro?
El chiste es hacer una reflexión personal y evaluar la calidad de nuestros actos.
También en nuestra profesión. ¿Qué pasaría si un policía pensara que en lugar de aceptar una mordida hiciera un buen trabajo (no generalizo, creo que hay muchos policías que jamás han recibido una mordida), o si como empresario atendiera una buena causa (ojo la causa no tiene que ser acabar con la sequía en Coahuila), simplemente ayudar a que mis empleados reciban un salario digno por su trabajo. O darles a mis hijos la atención y educación que necesitan para ser personas éticas.
En fin, muchísimas cosas que podemos hacer desde nuestra casa, simplemente hay que pensar.
Un profesor decía: tal vez cambiar el mundo es una tarea imposible para una sola persona, pero lo que es posible es dejar el mundo mejor que como lo encontraste. Y tiene razón, todos podemos hacer que nuestra cuadra, vecindario, edificio, condominio, colonia, etc... sea un mejor lugar.
